SIN HOGAR
Hola a todos!
Esta semana voy hablar sobre un tema muy interesante y del que poco se habla. El tema es personas sin hogar, ya que es un colectivo grande y no reciben toda la atención que le corresponde.
Las personas sin hogar están privadas del acceso a un trabajo, a una vivienda y a los recursos económicos necesarios para su sustento. Personas que se enfrentan a la soledad, a la ruptura de sus vínculos sociales y familiares y, en consecuencia, a la pérdida de la verdadera red social imprescindible para la vida.
La ausencia de un hogar o la imposibilidad de mantenerlo impiden el desarrollo de una vida digna. Esto es así porque una vivienda, además de cubrir la necesidad básica de alojamiento, seguridad y protección, proporciona un soporte clave para la creación de un proyecto de vida personal, familiar, social, relacional y de convivencia. Al menos 33.000 personas viven sin hogar en España.
La vida en la calle afecta de manera decisiva a la salud. La esperanza de vida cae una media de 20 años para las personas sin hogar, que se enfrentan además a la aporofobia, término que se define como el odio o rechazo a las personas pobres. Las personas sin hogar sufren discriminación, insultos, agresiones y, en los casos más graves, incluso violaciones y asesinatos. Las mujeres sin hogar, además, por el mero hecho de ser mujeres, se enfrentan a mayores riesgos y formas de violencia, que hacen de la calle un territorio todavía más hostil para ellas.
Este vídeo forma parte de una campaña de sensibilización realizada por Accem. Al ver el vídeo se me han puesto los pelos de punta al escuchar el miedo y el rechazo que sufren.
Más allá de las causas que se piensan sobre las personas sin hogar todo es irrelevante, ya que cada uno tiene su historia, aunque si es cierto que una gran parte es sucedido por una causa estresante.
Como he mencionado antes, las mujeres sin hogar son las que más sufre, por lo tanto voy a centrarme en ellas.
Las mujeres sin hogar no solo son aquellas que viven al raso sino que también incluyen a las que necesitan usar recursos como albergues, comedores o roperos. Las internas (sin sueldos suficientes para tener una vivienda propia). Las que tienen una notificación de desahucio o las que viven amenazadas de violencia por parte de familiares o pareja.
Dormir en la calle es mucho más peligroso para una mujer. El 24% que se ha visto en esa situación ha sufrido violencia sexual. Mientras que la mayoría de albergues están diseñados para hombres y no están adaptados para la atención a mujeres.
Muchas mujeres sin hogar conviven junto a una pareja para sentirse protegidas. Pero en ocasiones, sus parejas las maltratan, aunque ellas afirman: "prefiero que me pegue uno pero que me proteja de otros". Incluso cuando reciben ayudas se topan con el machismo de frente. La sociedad no es la única que las juzga achacando muchos ciudadanos que "debe estar loca o ser una alcohólica", "algo habrá hecho para acabar así" o "qué vergüenza de madre...", ellas mismas sienten muchísima culpa por no haber mantenido el empleo, por no haber sido suficientemente buena esposa, por no ser la madre que debiera o por no haber mantenido un hogar.
Son mujeres que requieren de un acompañamiento sin ser juzgadas, infantilizadas ni violentadas por nadie.
Como educadores sociales, tenemos una gran labor frente a esto para conseguir quitar los prejuicios e intentar acercarnos muchos más a ellos y que se sientan uno más en la sociedad.
Un saludo y hasta la próxima!!!!
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